Cuida tu corazón. Prevención y tratamientos de la EAC (Enfermedad de las Arterias Coronarias)
La enfermedad de las arterias coronarias (EAC) es uno de los problemas cardíacos más frecuentes en el mundo y puede tener consecuencias graves si no se detecta y trata a tiempo. La buena noticia es que, con información clara, es posible reconocer los síntomas, entender los riesgos y conocer los tratamientos que pueden marcar la diferencia.
¿Qué es la EAC?
Se produce cuando las arterias que llevan sangre al corazón se estrechan o bloquean, en general por la acumulación de placa (una mezcla de grasa y calcio). Este proceso, conocido como aterosclerosis, reduce el flujo sanguíneo y puede llegar a obstruir la arteria por completo.
Cómo reconocer los síntomas
Cuando el corazón no recibe suficiente sangre, aparecen señales de alerta. El síntoma más común es el dolor o presión en el pecho, llamado angina, que puede extenderse a los brazos, hombros o mandíbula. Otros signos a tener en cuenta son:
Falta de aire
Fatiga o debilidad
Náuseas, mareo o sudor frío
Dolor o molestia en brazos u hombros
En muchos casos, el primer síntoma es un infarto. Por eso, ante cualquiera de estas señales, lo más importante es llamar de inmediato al 911.
Factores de riesgo
Algunos factores aumentan las probabilidades de desarrollar EAC. Entre los más frecuentes están:
Antecedentes familiares de enfermedad cardíaca precoz
Obesidad y sedentarismo
Tabaquismo
Alimentación poco saludable
Hipertensión, colesterol alto o diabetes
Edad avanzada y menopausia en mujeres
Por suerte, muchos de estos factores se pueden modificar con cambios de hábitos.
Cómo se diagnostica
Si el médico sospecha de EAC, revisará la historia clínica, los síntomas y podrá indicar pruebas como:
Electrocardiograma (ECG): mide la actividad eléctrica del corazón
Prueba de esfuerzo: evalúa al corazón durante el ejercicio
Angiografía coronaria: muestra si hay arterias bloqueadas o estrechas
Estos estudios permiten ver si el corazón recibe la sangre suficiente y si existe daño en el músculo.
Opciones de tratamiento
El abordaje suele empezar con cambios en el estilo de vida como alimentación equilibrada, ejercicio regular, dejar de fumar y medicación cuando es necesaria.
En otros casos, se recomiendan procedimientos médicos como:
Angioplastia con balón: se utiliza un pequeño balón para abrir las arterias estrechas.
Colocación de stents: pequeños tubos de malla que mantienen la arteria abierta. Pueden ser metálicos o liberadores de fármacos, que reducen el riesgo de reobstrucción.
Cirugía de bypass coronario (CABG): redirige el flujo sanguíneo utilizando venas o arterias de otras partes del cuerpo.
¿Por qué son importantes los stents?
Después de una angioplastia, existe el riesgo de que la arteria vuelva a estrecharse (reestenosis). Por eso, los stents son clave para mantenerla abierta. Los stents liberadores de fármacos, en particular, disminuyen de forma significativa la probabilidad de una nueva obstrucción.
En resumen
La enfermedad de las arterias coronarias es seria, pero no invencible. Conociendo sus síntomas, atendiendo a los factores de riesgo y siguiendo los tratamientos adecuados, es posible proteger la salud del corazón.
El corazón nunca descansa, cuidarlo tampoco debería esperar.